Puertas abiertas en la Delegación del Gobierno en Cataluña para conocer mejor a Domènech i Montaner, el arquitecto modernista autor del edificio

12/03/2019



El acto ha sido organizado por el Área de Fomento de la Delegación en coordinación con la asociación de comerciantes del barrio, Cor Exaimple. Más de 60 personas han podido escuchar las explicaciones del bisnieto del arquitecto, Lluis Domènech Girbau y recorrer el edificio


Los bocetos del interior del Palau Montaner que sirvieron de inspiración y modelo al arquitecto del Modernismo, Domènech i Montaner, permiten imaginar un frondoso jardín con árboles, plantas de suelo y colgantes, animalillos y hasta fieras, campando a sus anchas por la entrada y la escalera imperial del edificio.  Como si, de alguna manera, la naturaleza, en todo el esplendor de la primavera, se apoderara de la arquitectura, inundando paredes, puertas y ventanas.

Un jardín imaginario, que los artesanos catalanes tallaron en piedra, madera y cerámica, dando así movimiento a la materia inerte con el fin de crear un espacio único iluminado por la luz cenital de una enorme claraboya de cerámica vidriada que recuerda al cielo infinito.

Alrededor de 60 personas, en su mayoría vecinos del barrio del Enchanche de Barcelona, donde está ubicada la Delegación, tuvieron ayer la oportunidad de recorrer los rincones de la planta baja del Palacio de Montaner. Lo hicieron, acompañados por el bisnieto del arquitecto y autor del libro “Domènech i Montaner, un hombre universal”, LLuis Domènech i Girbau y por el director el Área de Fomento, Estanislau Vidal-Folch.

Previamente, de la mano de ambos especialistas, los asistentes pudieron conocer los detalles arquitectónicos del palacio, el contexto histórico, social y político que vivió el autor del edificio, nacido en 1849 que, además de arquitecto, fue historiador, político y uno de los máximos representantes del modernismo mundial.

El palacio fue un encargo de Ramón Montaner, industrial, copropietario junto con  Francesc Simón de la editorial “Montaner y Simón” ubicada en un edificio, también  obra de Domènech i Montaner, que hoy alberga la Fundación Tàpies. Ambas familias proyectaron dos palacios que ocuparan toda la manzana, desde Pau Claris, hasta Roger de LLuria.

El arquitecto José Domènech i Estapá, inició las obras del Palacio Montaner en 1885 y construyo la caja del edificio. Por su parte, Lluis Domènech i Montaner, sobrino de Ramón Montaner, continuó y finalizó el encargo en 1893.

Anteriormente, ya había colaborado en las colecciones de la editorial “Montaner y Simón”  y había  diseñado las portadas de algunos volúmenes destacados, por lo que entre ellos existía una relación de confianza.  

El palacio Montaner es una obra primeriza de Domènech i Montaner en la que destacan, como principales aportaciones al modernismo: el alero en el exterior, que da carácter al edificio, el riguroso trabajo artesano de la madera y de las piezas de cerámica vidriada, la escalera imperial y la claraboya.

En la fachada, el Palacio Montaner revela la obra de arte como proceso con la impronta de dos arquitectos: el eclecticismo de Domènech i Estapà, en los pisos inferiores y el más puro estilo Domenech i Montaner, representado en la parte superior con las cenefas de mosaicos y los plafones cerámicos.

La iniciativa de abrir las puertas de la Delegación del Gobierno en Cataluña, se enmarca en la voluntad de la Institución de acercarse a la sociedad a la que presta servicio.

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