La Guardia Civil del País Vasco detiene en Palma de Mallorca a un menor acusado de un delito de incitación al odio y a la violencia

28/02/2017

  • Los mensajes ofensivos publicados a través de Internet en varios perfiles del autor, vertían duras ofensas sobre diversos colectivos étnicos y sociales incitando al odio y a la violencia sobre los mismos

La Guardia Civil de la Zona del País Vasco detuvo el pasado día 15 de diciembre de 2016 en Palma de Mallorca a una persona menor de edad (17 años), por difundir públicamente mensajes ofensivos con intención de provocar  en el ánimo de los usuarios de las redes sociales actos de violencia y rechazo hacia diversos colectivos étnicos y sociales. Una vez concluidas las diligencias policiales necesarias, el menor fue puesto a disposición del Ministerio Fiscal.

El origen de la investigación es fruto de la constante supervisión que la Guardia Civil ejerce sobre las distintas redes sociales, y concretamente por la localización de dos perfiles abiertos en Twitter donde el usuario publicaba numerosos mensajes de carácter ofensivo dirigidos a diversos colectivos sociales e individuos, que pudieran constituir un delito de los denominados de odio. Las investigaciones constataron que el carácter de los mensajes difundidos incitaba directamente al odio, hostilidad, discriminación y violencia contra grupos y personas por motivos racistas, étnicos, de orientación sexual o por razones de género.

La persona detenida mantenía medidas de seguridad para ocultar su identidad y eludir la actividad policial. Tal era su sensación de impunidad  que difundió un mensaje donde se mofaba de la supuesta incapacidad de las Fuerzas de Seguridad para su localización, a la vez que ensalzaba su propia habilidad para sustraerse a la acción de la justicia.

Esta detención ha permitido cesar una actividad delictiva de gran impacto social que venía desarrollando desde hacía años. Las dos cuentas de Twitter desde las que se llevaban a cabo estos hechos tenían un importante predicamento en redes sociales. Las opiniones presuntamente delictivas que se difundían eran seguidas permanentemente por centenares de personas entre amigos y seguidores, sin contar con que al ser cuentas de acceso público estaban a disposición de los millones de usuarios que la red social Twitter dispone en la actualidad.

El grado de crueldad en los mensajes difundidos se manifiesta en ejemplos como la humillación hacia las víctimas de un accidente aéreo, los homosexuales, las amenazas hacia periodistas y políticos, el enaltecimiento de simbología del movimiento político alemán Nacional Socialista surgido en la primera mitad del pasado siglo o  la humillación de víctimas de delitos de violencia de género.